En la historia de nuestra cría más allá de las coyunturales entrevistas realizadas a los distintos criadores españoles que a lo largo del tiempo fueron iniciándose en la actividad, han sido muy esporádicos los trabajos publicados orientados a trasladar a los posibles interesados en la materia una información de carácter descriptivo respecto a los fundamentos y los materiales nobles con que aquellos primeros pioneros criadores nuestros, fueron poniendo en marcha lo que ahora no dudaríamos en definir con el vocablo ”proyecto”.

          Sin embargo un proyecto requiere de unos objetivos bien definidos y de unas pautas temporales respecto los plazos, que casi diríamos que en la materia que nos ocupa son de imposible seguimiento. Se podrá establecer que tendremos tantos o cuantos reproductores, nacimientos, boxes, espacio, infraestructura, pero cuándo alcanzaremos el objetivo final que es ganar el Derby de Epsom o el sucedáneo constituido por el nombre de cualquier otra carrera, con la que cada emprendedor en la cría de PSI haya enmascarado ese objetivo, tal empresa resultará desde esa perspectiva imposible de establecer. Entonces mejor, llamémosle sueño.

          Corría el año 1959 y eran tiempos en que el hipódromo parecía construirse piedra a piedra, sin pausa y puede que también sin prisa. La revista El Jockey publicaba su primer número el 31 de enero de ese año y con un plantel de colaboradores que desde la posterior perspectiva de su trayectoria periodística y profesional en el ramo habría que calificar de impresionante: Santiago Galaz, Octaviano Griñán, Rafael Castellano, Juan Cabrera, Dátile… José Manuel Lahera…, responsables de los contenidos que vamos a ir reproduciendo.

          En condiciones normales y con la aportación de otras personas que antes y después guiados por idénticos fines emprendieron la actividad de la crianza, deberíamos estar hablando de la historia de nuestra cría y del nacimiento de las yeguas base de buena parte de la población autóctona de nuestra cabaña actual. Desgraciadamente esto no fue así por circunstancias de todos sabidas, que durante el período 1997–2005 redujeron a prácticamente cero la continuidad de la cabaña de reproductoras de PSI en España.